Un banquete de Gracia
Este gran hombre, aunque ellos todavía no sabían que era su hermano, tomó la resolución de perdonar el maltrato recibido por parte de ellos y, por el contrario, demostrarles una singular gracia.
Este gran hombre, aunque ellos todavía no sabían que era su hermano, tomó la resolución de perdonar el maltrato recibido por parte de ellos y, por el contrario, demostrarles una singular gracia.
Me preocupa de manera especial este asunto, porque mantengo un ojo en la política, y leo las últimas encuestas. Me pregunto si acaso el carácter, la integridad y el verdadero liderazgo se han ido de vacaciones. Demasiados pocos están dispuestos a ponerse firmes y decir: «No sé lo que usted piense, pero a lo mejor yo soy el único en esta organización que está dispuesto a decir: ¡Esto está mal!» No hay suficientes individuos dispuestos a ponerse firmes en lo que saben que es la verdad, ni en el gobierno, ni en las instituciones educativas, ni en los barrios, ni en los negocios. Pero ¡levántese solo y sea firme! Cristo es un modelo.
Las cosas suceden de la misma manera hoy. En una generación pasada, mientras todo el mundo decía que la Primera Guerra Mundial era la guerra para acabar con todas las guerras, Adolfo Hitler tramaba sus insidiosos planes para volver a armarse y surgir de nuevo. Lo mismo es cierto en todo ámbito de liderazgo hoy. Hay una guerra que tiene lugar, ¡aunque uno no pueda verla! El complot para matar a Jesús no se hizo en un anuncio por un sistema de altoparlantes. La conspiración contra Jesús se desarrolló a puertas cerradas, en las sedes religiosas en donde el mal a menudo está al acecho, en donde muchos no piensan ni con claridad ni bíblicamente; sino a menudo por motivos políticos y egoístas.
La imagen falsa de Jesús solo como blando, manso, enclenque y callado, ya nos ha afectado lo suficiente. Ese no es Su estilo de liderazgo. Él no se limitó a dar un paso atrás, dejar que las cosas sucedan, y aceptar a todos sea como sea. Sí, fue gentil, fue bondadoso, fue humilde de corazón, expresó gracia, y perdón, y comprensión y aceptación. Pero cuando encontró el mal, cuando llegó al punto en que los acomodos traicionarían la verdad de Dios, llamó a las cosas como son: hipocresía.
Los buenos líderes son sensibles a las necesidades de los demás. Pablo comparaba su ministerio con una madre que se ocupa tiernamente de las necesidades de sus hijos. Me encanta esa imagen. Yo observaba a mi esposa cuando cuidaba a nuestros niños cuando ellos eran pequeñitos, sin ocuparse para nada de sus propias necesidades. A mí también me llena de dicha ver a mis hijas, ya crecidas, cuidar de nuestros nietos. Es precioso contemplar eso.
El ver a mi esposa y a mis hijas sostener tiernamente a sus pequeños cerca de su pecho, y ocuparse amorosamente de sus necesidades, me ayuda a entender lo que Pablo quería decir con la palabra «tiernos». Su ministerio se caracterizó por el tierno cuidado de su rebaño. Él dice: «Entre vosotros fuimos tiernos, como la nodriza que cría y cuida a sus propios hijos».
Cuando miramos el ministerio de Jesús, es fácil ver cómo los que le rodeaban deben haber pensado: ¡Qué líder! Él les llenó el estómago de comida, sanó sus enfermedades y prometió un reino en donde serían libres para adorar a su Dios. Mientras tanto, en esos mismos momentos de ensoñación cuando muchos esperaban lo mejor, simultáneamente había un plan para matar a Jesús.