Cuando nos remontamos a la era de Abraham, encontramos personas que inventaban supersticiones falsas para explicar lo inexplicable. Reyes poderosos que se creían dioses, edificaban pirámides inmensas para tratar de alcanzar la inmortalidad. De toda esa masa de malentendidos salió un hombre. A ese hombre lo conocemos hoy en día como Abraham; quien no solo afirmó que existía un Creador verdadero, sino que también se jugó la vida por esa creencia
Aunque la trayectoria de fe de cada persona es única, Abraham iluminó un camino para el resto de nosotros. Al igual que Abraham, nosotros:
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- Enfrentaremos futuros inciertos y destinos inciertos, a medida que seguimos nuestros llamados.
- Seremos tentados a adelantarnos a Dios, tratando de componer el mundo y nuestras vidas, de maneras que van de acuerdo a nuestros gustos personales;
- Batallaremos por ver cómo Dios podrá cumplir sus promesas ; y
- Nos veremos obligados a esperar, incluso cuando no queramos hacerlo.
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