La mayoría de nosotros establece metas al final del año o al comienzo del nuevo. Algunas son nuevas, mientras que otras son una reprogramación tras evaluar lo que no se logró el año anterior. En tu lista de metas, ¿has incluido alguna relacionada con el autocuidado? Este concepto abarca todo lo que haces para cuidar de tu salud física, emocional, espiritual, mental y social. Si tus acciones en todas estas áreas, incluyendo lo económico, se enfocan en tu bienestar integral, entonces estás practicando un buen autocuidado. Si este tema es nuevo para ti o si deseas mejorar en esta área, te invito a seguir leyendo.
El ser humano está compuesto por diferentes dimensiones personales. En esta ocasión, nos enfocaremos en algunas que son fundamentales, aunque cada uno puede agregar las que considere importantes en su vida, como las áreas matrimonial, económica o académica. Te propongo prestar atención y ser intencional en el cuidado de las siguientes áreas:
Área Física
Cuidar de tu salud física implica llevar una alimentación nutritiva, realizar ejercicio y dedicar tiempo al descanso. Algunas recomendaciones son:
· Actividad física: El ejercicio regular ayuda a mantenerte en forma, libera endorfinas (las hormonas de la felicidad), mejora el sistema inmunológico y previene enfermedades cardiovasculares. Se recomienda realizar al menos 30 minutos de actividad física moderada al día, adaptada a tus preferencias. Puedes elegir actividades que te gusten, como caminar, correr, nadar, bailar, practicar yoga o pilates.
· Alimentación saludable: Una buena alimentación es fundamental para el autocuidado físico. Se basa en consumir alimentos variados y equilibrados, ricos en frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos, pescado, huevos y lácteos. Es importante evitar el consumo excesivo de grasas saturadas, azúcares añadidos, sal y alcohol.
· Higiene personal: Mantener una buena higiene personal previene infecciones y mejora la salud de la piel, el cabello y la boca. Algunos hábitos esenciales incluyen lavarse las manos con frecuencia, ducharse a diario, cepillarse los dientes después de cada comida, usar desodorante y cambiarse de ropa interior y calcetines diariamente.
Te recomiendo leer el libro La increíble conexión INTESTINO-CEREBRO de Camila Rowlands. Como dice 1 Timoteo 4:8: “Es verdad que el ejercicio físico ayuda a que todo el cuerpo esté sano…”
Área Emocional
Cuidar de tu bienestar emocional es vital para tu salud mental y física. La falta de atención a esta área puede tener repercusiones serias en otras, como la económica. Muchas personas comen más o gastan dinero en compras como forma de escapar de sus emociones. Es esencial analizar tus pensamientos y las emociones que estos generan. Algunos síntomas de descuido emocional incluyen problemas digestivos, dolores corporales, falta de concentración y dificultades para dormir.
Se recomienda buscar apoyo psicoterapéutico para gestionar adecuadamente las emociones. También puedes considerar un curso de inteligencia emocional. Estimular las hormonas de la felicidad es muy útil; puedes encontrar una guía al respecto aquí.
Área Mental
Es fundamental reflexionar sobre tus pensamientos y las emociones que generan. Pregúntate: ¿lo que pienso es saludable? ¿Me ayuda a sentirme bien o me lleva al pesimismo? Para cuidar de tu salud mental, gestiona el estrés de manera efectiva. Esto incluye ejercitarse, cuidar tus pensamientos y emociones, planificar actividades y programar pausas activas. Una técnica útil es la respiración diafragmática; puedes encontrar un ejercicio aquí.
Área Social
Cultiva relaciones saludables y rodéate de personas que te inspiren y motiven. Se dice que somos el promedio de las cinco personas con las que más interactuamos. Reflexiona sobre si esas personas son una buena influencia en tu vida. Si es así, ¡son tus «personas vitamina»! Te animo a que también incluyas en tus metas ser una buena influencia para los demás. Te recomiendo leer Encuentra tu persona vitamina de Marian Rojas Estapé.
Área Espiritual
La espiritualidad es parte integral de la naturaleza humana. Muchas veces, el vacío que sentimos está relacionado con esta área, que busca dar significado y propósito a la vida. Para cuidar tu espiritualidad, practica la auto-reflexión y la meditación. Actividades como orar, dar gracias y servir a los demás fortalecen esta dimensión.
Te comparto algunas referencias bíblicas que sustentan este importante tema de autocuidado:
1 Timoteo 4:8-9 (TLA): “Es verdad que el ejercicio físico ayuda a que todo el cuerpo esté sano, pero es mucho mejor esforzarse por confiar cada vez más en Dios…”
1 Corintios 6:18-20 (NTV): “¿No se dan cuenta de que su cuerpo es el templo del Espíritu Santo? Ustedes no se pertenecen a sí mismos…”
2 Corintios 1:3-5 (RV1960): “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones…”
1 Pedro 5:6-11 (RV1960): “Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros…”
Descuidar alguna de estas áreas puede generar un desequilibrio en tu vida. Te animo a ser intencional en el cuidado integral de todas las dimensiones personales. Establece metas a corto plazo para cada una de ellas, comienza con pequeños cambios y verás grandes resultados que te permitirán disfrutar de un bienestar integral.