Estoy completamente confundido… No puedo enumerarlas veces, a través de los años, que he escuchado esta pregunta.
Probablemente pudiera hacer una lista de por lo menos diez maneras de cómo Dios guía a sus hijos hoy, pero me limitaré a cuatro que pienso que son los métodos más importantes en cuanto a la dirección de Dios.
3. Dios nos guía es a través del consejo de personas sabias, calificadas y confiables.
Con esto no me estoy refiriendo a un guía en el Tíbet ni a un extraño de aspecto grave en la parada del autobús. Se trata de una persona que ha demostrado ser sabia y confiable y que, por consiguiente, está calificada para dar su consejo en un determinado asunto. Por lo general, tales personas son de más edad y más maduras que nosotros. Además, son personas que no tienen nada que ganar o perder con nuestra decisión. Esto significa también que muchas veces no forman parte de nuestra familia cercana. (Los miembros de la familia cercana por lo general no quieren que hagamos algo que nos aleje de ellos, o que sea causa de inquietud o preocupación para ellos o para nosotros.)
En los momentos críticos de mi vida he buscado el consejo de personas experimentadas, y rara vez se han equivocado. Esa ha sido mi experiencia. Pero usted debe buscar a sus consejeros muy cuidadosamente. Y así como nuestros mejores consejeros no son nuestros parientes, muchas veces tampoco son nuestros mejores amigos. Las personas sabias y confiables son aquellas que quieren para usted solo lo que Dios quiere. Estas personas serán siempre objetivas, escucharán con atención y responderán sin apresuramiento, y muchas veces no le darán una respuesta en el momento que usted la pide. Quieren primero consultarla con la almohada; quieren pensarla bien.
4. Dios nos guía a su voluntad dándonos una seguridad interna de paz.
La seguridad interna de paz será como un árbitro en su corazón.
Aunque la paz es una emoción, he descubierto que ella es maravillosamente tranquilizadora cuando he tenido que luchar con la voluntad del Señor. La paz que procede de Dios se hace presente a pesar de los obstáculos o de las contingencias, no importa los riesgos o los peligros. Es casi como si Dios estuviera diciendo: «Yo estoy en esta decisión… Pon tu confianza en mí durante todo el proceso.»
La voluntad de Dios para nuestras vidas no es una suerte de teoría altisonante, Sino una realidad. Ya hemos discutido algunas de las condiciones y requerimientos necesarios para obedecer la voluntad de Dios, y también hemos visto algunas de las maneras como Dios nos guía para que hagamos su voluntad. Ahora viene el corolario de todo esto: Tenemos que obedecer su voluntad en el mundo real.
Hebreos 11.6 nos dice que «sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que es galardonador de los que le buscan.» Obedecer la voluntad de Dios significa que debemos creer que Dios es quién dice que es, y que El hará lo que dice que hará.
Adaptado del libro por Charles R. Swindoll, El Misterio de la Voluntad de Dios, (Editorial Caribe 2001), 53-68. Usado con permiso. Todos los derechos reservados mundialmente.