El cuidado saludable de la mente y el espíritu requiere que desarrollemos el hábito de la lectura.
¡Leyendo crecemos! Esto es cierto. No es solo un eslogan. Y claramente no hace referencia al crecimiento en sus aspectos físicos; por ejemplo, la estatura y el peso. La afirmación hace referencia a la madurez, al desarrollo, a la expansión integral del ser humano.
Ahora, ¿cómo se logra? Bueno, opinan algunos, aprendiendo y cultivando la capacidad de leer. Aunque esa es solo el punto de partida. Leer es mucho más que una habilidad que separa a los educados de los no educados. Es mucho más que el volumen de conocimiento que algunos poseen y otros no. Es mucho más que procesar el contenido de un texto con mayor o menor velocidad.
Leer es solo la capacidad mínima para ser incluidos en el mundo de los alfabetos. Una gran mayoría de las personas saben leer; pero son muchas menos las que crecen en el sentido de madurar integralmente aunque estén envejeciendo.
Entonces, ¿dónde yace la diferencia?
En el hábito de la lectura. Es decir, poseer o no sabiduría integral, como sucede en otros ámbitos de la vida, es proporcional a si nuestra nutrición espiritual es rica o pobre. Es decir, ¿consumimos habitualmente los nutrientes necesarios para la mente y el espíritu? En otras palabras, ¿leemos contenidos con nutrientes saludables o nuestra dieta carece de ellos? En conclusión, el hábito de la lectura o su ausencia hace la diferencia para estar entre los sabios o los ignorantes.
El sentido de los hábitos se encuentra al descubrir lo que producen o logran. Porque los hábitos siempre sirven a algún tipo de propósito biológico, espiritual o práctico. Los resultados que enfrentamos, nos gusten o no, son los productos de nuestras rutinas o hábitos. ¿Qué es un hábito? Un hábito se forma cuando satisfaces constantemente una necesidad importante con un comportamiento elegido.
Entonces, cuando reconocemos que el desarrollo personal exige el cuidado integral de nosotros mismos debemos actuar en consecuencia eligiendo las conductas que suman, no las que restan. No es saludable agotarnos haciendo CrossFit sin el balance de una dieta saludable y buen sueño. No nos hará bien la meditación en extremo aislamiento sin la convivencia con familia y amigos. No terminaremos realizados en la vida si la dedicación al trabajo sacrifica todo lo demás.
El cuidado saludable de la mente y el espíritu requiere que desarrollemos el hábito de la lectura. La lectura es un buen hábito que enriquece intelectualmente, alimenta espiritualmente, sensibiliza socialmente y amplía nuestra visión de la vida.
¡Leyendo crecemos! Definitivamente, no es solo un eslogan.